domingo, 26 de noviembre de 2006

Y vino Théo

Y me conoció. Y la traté mal, y me sentí muy mal. Vino para encontrarse con un mundo nuevo, extraño. Un mundo en el que las leyes son sólo guías y el criterio es lo que realmente manda. Vino a encontrarse con un lugar que maquilla su belleza, donde el reloj es solo un adorno en nuestros brazos, donde el caos encuentra un orden raro. Vino a encontrarse con ella misma, vino a encontrarse conmigo.

Vino de un mundo donde la manecilla más delgada del reloj es la que manda, dónde crece uno más rápido, donde ella creció y aprendió que las cosas no son tan graves, porque lo único grave es lo que nos pausa la vida. Vino para mostrarse con una sonrisa y saber que con eso se consigue mucho, vino para decir "hola", "gracias" y "adios", y vino para aprender que aprendiendo enseña.

Y me enseña a mí. Cosas que realmente nunca supe pero que siempre dije, cosas que son muy obvias y nunca ví. Vino a enseñarme cosas que yo no veo y ni se cómo es que estan ahí. Cosas que están ahi pero no quiero ver. Vino a enseñarme de ella, vino a enseñarme de mí.

Vino y le agradezco que esté aquí, le agradezco que me observe y acepte lo que ve, pues no es ni malo ni bueno, ni tiene porqué serlo. Le agradezco sus conversaciones, y su forma de hacer que yo vea las cosas, le agradezco el hecho que me haga sentir una visita en casa, que es tal como me ha confesado que ella se siente. Le agradezco su forma de pensar y de hacerme pensar. Le agradezco que sepa decir gracias.

Bueno se siente saber que alguien nunca se olvidará de uno, y que no importa lo poco que me conozca, siempre estará feliz de encontrarse nuevamente conmigo. Bueno es tener un amigo nuevo Théo. "Es muy bueno"